Caballo Peruano de Paso I - Origen de la raza

Autor: Nestor Imberti Fecha: 28/04/2020

Introducción a la raza

Explicamos en detalle ¿Por qué, los criadores de Caballo Peruano de Paso, pensamos que tenemos en nuestras manos una “Joya Ecuestre”?

Hay que conocer el gran valor, lo que representa el Caballo Peruano de Paso (en adelante CPP) para quienes lo criamos y montamos a diario, manteniéndolo en adecuado estado físico, para poder soportar las largas distancias que hacemos, con nuestros huéspedes, en cada ruta ecuestre de las que hemos diseñado.

Este caballo significa, para nosotros como criadores, la responsabilidad de reproducir, mejorar y pulir una joya ecuestre que les ha tomado, a los hombres que poblaron el virreinato del Perú, en la época de la conquista, y posteriormente a ésta hasta nuestros días, más de quinientos años de un proceso de selección en base a dos atributos, que ya estaban en la genética de los caballos que llegaron con la conquista española, y que son:

1. La suavidad de andar, con gran avance, en el modo del paso.
2. Una gran resistencia para poder recorrer largas distancias, en un entorno que varía desde los arenales del desierto costero del Perú, pasando por los intricados caminos de los fértiles valles, hasta atravesar las heladas y desafiantes alturas de la Puna andina.

Por las características mencionadas, pensamos que es el mejor caballo de silla, para cabalgar con comodidad, grandes distancias y al mismo tiempo hacernos sentir el placer de ir montados en un caballo que presenta una energía constante, producto del brío interminable que caracteriza a la raza.

Si bien existen otras razas de paso, dejando de lado al paso fino colombiano, todas ellas, incluida una de las mejores, que a nuestro juicio es la del caballo islandés, deben ser conducidas por su jinete para que no utilicen el andar diagonal del trote, cuando se intenta apurar la marcha del caballo, y es, solamente el Caballo de Peruano de Paso, quien tiene naturalmente ese andar de paso y lo realiza con cadenciosa armonía recorriendo mucho terreno en cada batida, y alcanzando una velocidad considerable (10 a 12 Km/h en un andar viajero).

Compromiso de los criadores con la raza

La selección continua, hecha por el hombre, en la búsqueda de estos atributos, sumada al trabajo, más ordenado y estricto, desde la cuestión técnica, realizado institucionalmente por más de 70 años, de la Asociación Nacional de Criadores y Propietarios de Caballo Peruano de Paso del Perú (ANCPCPP).

Además, contribuyen asociaciones de criadores de otros países, principalmente la de Argentina, fundada en la ciudad de Salta, hace más de 46 años.

De esta manera, en el presente podemos tener este caballo que nos permite cabalgar hasta el día que nos muramos de viejos, por su suave andar de paso y su brío puesto al servicio del jinete, produciendo cada vez una experiencia inimaginable.

Solo se puede entender “qué es el CPP”, si lo montamos.

Cuidar de todos los valores mencionados, es la gran responsabilidad de los que criamos y difundimos la raza del CPP a través de la práctica del Turismo Ecuestre, para llevarla al conocimiento de los aficionados a cabalgar, del mundo entero.

Existe entre los criadores del Caballo Peruano de Paso, como prueba de nuestro afición y compromiso con la cría y difusión de esta raza, un Código de Honor: “Ningún criador del CPP enviará jamás un ejemplar de la raza a un matadero o frigorífico, todos los ejemplares que hayamos criados y montado, y que aun conservemos, morirán de viejos en nuestros campos, con la alimentación y el cuidado requerido”.

Origen y historia de la raza

Sin duda, el origen del Caballo Peruano de Paso, se remonta al conjunto de caballos que llegaron con la conquista española de América. A través de la historia, sabemos que los primeros caballos que pisaron el territorio del actual Perú fueron 62 caballos que llegaron con los 170 hombres que acompañaban a Francisco Pizarro, y que capturaron al inca Atahualpa, en noviembre de 1532.

Estos caballos provenían de los criaderos de Nicaragua, zona a la que llegaron gran cantidad de caballos traídos por Cristóbal Colon en su segundo viaje, que zarpara del puerto de Cádiz, el 25 de septiembre de 1493.

A estos 62 nombrados se agregarían luego, 84 que trajo Diego de Almagro junto a otros más traídos por Hernando de Soto, quien, a decir del Inca Garcilaso de la Vega, era un extraordinario jinete y había ido a entrevistar a Atahualpa, por encomienda de Francisco Pizarro.

Por último, Pedro de Alvarado gobernador de Guatemala llegó, a principios de 1534, a la provincia de Quito del imperio inca, al mando de 500 hombres con 227 caballos.

Como vemos, en apenas tres años, se juntó una gran cantidad de caballos que constituyó la base genética, de lo que es hoy el Caballo Peruano de Paso.

Cuales eran, entonces, los antecedentes genéticos de esa caballada, que explicará, a la postre, el porqué de las características únicas del Peruano de Paso.

Regresando aún más en el tiempo

Pero, todos estos caballos ¿qué origen y características tenían?

Para responder la pregunta, diremos que estos caballos eran, lo que en ese entonces se conocía como Caballo Español o Andaluz, y a ese momento esta raza era el resultado del mestizaje del caballo del Norte de la península, de origen celta, conocido como caballo Gallego, con el caballo de Sorraia que se crió en la zona de Portugal vinculado genéticamente con el extinto caballo de Tarpán, y del Berebere de Marrueco o norte de África, que llegó a la península con los musulmanes, y estuvo ahí por más de 700 años.

Estos caballos que llegaron al Perú tenían un porte importante, que en el mestizaje, se lo aportaron los caballos de origen Ibérico y suavidad en el andar aportado por la tendencia a la ambladura que le dio el caballo Berebere del norte de África.

Esta raza Andaluza que llego al Perú, presentaba tanto animales trotones como andadores, más suaves, es decir, con mayor predominio del Berebere del norte de África.

Estos caballos comenzaron a reproducirse en un territorio completamente distinto al de la Península Ibérica, pero comenzó a seleccionarse, por parte del hombre, en función de la suavidad para viajar y a su capacidad de resistir los entornos geográficos más difíciles.

Es decir, se comenzaba a fijar genéticamente, en los cruces de distintas líneas de sangre, la tendencia a amblar, descartando a los trotones, y además de la suavidad mencionada, derivada de la capacidad de amblar, se elegía entre ellos a los que resultaban más resistentes.

Este proceso se desenvolvió durante 500 años, con la particularidad de haber permanecido aislado de la influencia del cruce con otras razas.

A día de hoy, como resultado de la selección realizada, buscando la suavidad de andar y la resistencia, forjaron o derivaron en el andar cadencioso del paso, el porte elegante y orgulloso de un auténtico conquistador, y la capacidad para recorrer grandes distancias y eso es el Caballo Peruano de Paso.

Podríamos decir, aunque parezca un poco sorprendente, que el CPP es un auténtico pura sangre español, que evolucionó en esta parte del continente americano, y que fuera territorio del virreinato del Perú, sin más acción que la fijación genética, producida en la selección hecha por el hombre, para su biomecánica de andar y la morfología que le permite desempeñar ese andar con resistencia y elegancia, en un entorno de pasturas y geografías, de características propias.

Este hecho, de evolución selectiva sin el cruce con otras razas, sino a partir de una de ellas, el caballo Andaluz de entonces, priorizando solo características determinadas como hemos mencionado, convierte al CPP en un ejemplar único.

Y cuando decimos pura sangre español es así, pues el Caballo Andaluz, del cual desciende, perdió sus características originales.

¿Qué pasó con el Caballo Andaluz en España?

En el reinado de Felipe II, y en las famosas caballerizas de Córdoba, comenzaron a cruzar aquel caballo Andaluz, que llego al Perú, con caballos Napolitanos, Daneses y Normando, comenzando de esta manera, aquel caballo, a adquirir otras características distintas al original, tal como mayor altura con pérdida de agilidad, gracia y belleza.

Para cuando llegaron los Borbones al reino de España propiciaron la práctica de la alta escuela, con lo que se propendió a la desaparición total de caballos con tendencia a la ambladura, y se continuaron los cruces con caballos de cuyos orígenes ya nos hemos expresado más arriba.

En síntesis, hoy el caballo Andaluz o el oficialmente llamado: Pura Raza Español, es un caballo muy diferente al CPP, pero éste es la expresión evolucionada, sin interferencia de otras razas extrañas, de aquel antiguo caballo Español que llego al continente Americano, y que solamente, en el territorio del virreinato del Perú, evoluciono para que hoy tengamos, a ese caballo, convertido en el CPP.

Disfruta la experiencia de esta joya ecuestre

Es por esta razón, que decimos que tenemos una Joya Ecuestre, a la que debemos cuidar y mejorar para que millones de aficionados a cabalgar en la naturaleza puedan conocerla y disfrutarla: “Un legado histórico”, al que no podemos, los criadores y las instituciones que nos nuclean, renunciar.

El CPP, como hemos explicado, fue pacientemente modelado, como las cosas de mucho valor, para cabalgar y recorrer largas distancias.

En el presente, esta actividad la conocemos como Turismo Ecuestre y sirve para que millones de personas en el mundo entero, vivamos la sensación de andar libres, comulgando con el caballo, en un transporte que hoy lo podemos practicar sin necesidad de querer llegar de un lugar a otro, sino de sentir y vivir la experiencia, porque para el transporte, hoy usamos los autos, trenes o aviones.

El caballo que nos llevará cómodo y al mismo tiempo nos hará sentir la energía controlable de su brío y nos permite recorrer grandes distancias en la naturaleza, es sin duda, el Caballo Peruano de Paso.
A nuestro juicio es la mejor raza para practicar turismo ecuestre.

Sigue leyendo la segunda parte del artículo.

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