Descubre el legado Jesuita en la provincia de Córdoba a Caballo
Autor: Maribel Estefanell Fecha: 28/07/2022
Ampascachi solo ofrece rutas a caballo por Argentina.
Argentina es un país con tradición ecuestre.
Recorrerlo a caballo es para no olvidarlo jamás.
Argentina es el segundo país más grande de Sudamérica.
Está dividida en 23 provincias, cada una con una geografía distinta y con sus propias costumbres y usos. La historia de cada una ha dejado huellas que, a día de hoy, se reflejan en su pueblo y en el legado cultural que aún perdura.
Una de estas provincias es Córdoba, situada en el centro del país.
Una hermosa provincia que tiene unos paisajes y montañas muy apropiados para realizar rutas a caballo. Y donde destaca el legado de la compañía de Jesús, declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Para Ampascachi es muy importante transmitir a nuestros huéspedes nuestra cultura e historia. Por eso complementamos nuestras rutas ecuestres con visitas a las localidades que han desempeñado un importante papel en nuestra historia.
Uno de nuestros centros ecuestres, Estancia Haras Ampascachi, está en plena provincia de Córdoba, cerca de la ciudad de Nono.
En esta provincia realizamos 3 programas ecuestres muy diferentes, en los que descubrirás las sierras cordobesas y su historia.
En el recorrido a caballo del programa “Ruta a caballo del Valle de Traslasierra a los Gigantes” hacemos una parada para visitar una de las estancias jesuíticas, la estancia de la Candelaria.
Los otros dos programas, si bien no tienen programada la visita del legado jesuítico en Córdoba, si permite una extensión opcional para visitar Córdoba, la Manzana Jesuítica y las 5 estancias jesuíticas.
Visitando la Estancia La Candelaria durante la ruta
En este artículo queremos mostrarte cómo en esta zona el pasado histórico sigue presente y la importancia del legado cultural, educativo y arquitectónico de los Jesuitas.
Asi mismo te daremos los detalles de nuestros tres programas ecuestres para que puedas elegir el que mejor se adapte a tus intereses tanto culturales como ecuestres.
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Un poco de historia
La orden de los jesuitas fue fundada por San Ignacio de Loyola en 1540.
Además de su misión evangelizadora, los jesuitas prestan servicios en los campos más diversos de la sociedad, especialmente en los de acción social y educación.
Y es aquí donde queremos resaltar la influencia y el legado en la provincia de Córdoba.
La ciudad de Córdoba, la capital, fue fundada por Jerónimo Luis de Cabrera, en 1573. Pasó algo más de una década cuando, en 1586, llegaron los primeros sacerdotes de la Compañía de Jesús a esta región de Argentina.
Por aquel entonces, la ciudad tenía un terreno donde estaba una ermita dedicada a los santos Tiburcio y Valeriano, protectores de Córdoba. Ese terreno fue donde los jesuitas fueron construyendo lo que luego pasó a llamarse la Manzana Jesuítica.
Los edificios construidos allí fueron: la Universidad Nacional de Córdoba, la iglesia de la Compañía de Jesús, el colegio Monserrat y la residencia de los padres jesuitas.
Junto a ellos, debemos destacar las 6 jesuíticas distribuidas por las Sierras Cordobesas, construidas entre 1616 y 1725 y que entre sus muros encierran cerca de 200 años de historia colonial.
Los jesuitas abandonaron todas estas edificaciones en 1767, cuando fueron expulsados por orden del rey Carlos III de España y sus propiedades pasaron a ser administrados por los franciscanos.
Cuando los jesuitas regresaron en 1860, la Universidad y el colegio de Monserrat pertenecían al Estado Nacional y las estancias a particulares.
Actualmente, la Iglesia de la Compañía de Jesús, la Universidad con su magnífica biblioteca y el Colegio de Monserrat ofrecen el testimonio de lo que una vez fue un esplendoroso complejo.
En el año 2000 las obras culturales y productivas hechas por los jesuitas en esta provincia durante los siglos XVII y XVIII fueron declarados Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO.
Las Estancias Jesuíticas
En total se fundaron 6 estancias jesuíticas dispersadas por la provincia.
Si bien la obra principal de los jesuitas era evangelizadora y educativa, necesitaban algo con que sustentarse económicamente.
En cuanto tuvieron construida la iglesia y las escuelas, empezaron a desarrollar su labor educativa, y al mismo tiempo trabajaron en las estancias para tener ingresos.
Estas estancias estaban orientadas a actividades agrícolas y ganaderas. Contaban con ganado vacuno, mulas y caballos, así como huertas donde cultivaban trigo y maíz principalmente.
También se dedicaban a la carpintería, la herrería y la panadería, entre otros oficios.
Cada una de estas estancias tiene su propia historia y misión.
A continuación, te detallamos algunos datos de interés de cada estancia ordenadas por el año de su fundación.
Estancia Caroya
Fue la primera que se fundó, en 1616. Se encuentra a 50 km de Córdoba.
En la historia de la Estancia Caroya se distinguen tres etapas:
- Su actividad era agrícola. Se producía maíz y trigo, frutas, vino, miel y algarrobo. Además, la estancia se usaba como residencia de verano para los estudiantes del Colegio de Monserrat.
- Durante la Guerra de la Independencia fue sede de una fábrica de armas blancas, que proporcionó armamento al Ejército del Norte.
- Finalmente, en 1854 pasó a manos del Estado Nacional, transformándose en un asentamiento para los inmigrantes provenientes de la región de Friuli, Italia. Estos fueron luego los creadores de la Colonia Caroya.
El conjunto conserva perfectamente su estructura colonial y se compone de un gran patio central, una capilla, el tajamar, los restos del molino, las acequias y las áreas dedicadas a la quinta.
Estancia Jesús María
Situada a 4 km de la Colonia Caroya, esta estancia fue adquirida en 1618 por los jesuitas, junto a 20.000 cepas de vinos, el molino y el ganado.
A lo largo de su historia tuvo varias funciones: fue monasterio, escuela y factoría. Su eje principal era la producción de vinos, cuyo éxito llegó incluso al rey Felipe V de España.
Con la expulsión de los jesuitas, la estancia cayó en ruinas. Los restos, que incluyen la iglesia, la residencia, la bodega y los antiguos molinos, perchel y tajamar, fueron declarados Monumento Histórico Nacional.
Estancia Santa Catalina
Se encuentra en un paraje rural, a 70 km de Córdoba. Fue fundada en 1622.
Se trata del mayor centro ganadero del territorio. Aquí se criaba y engordaba ganado vacuno, mulas y ovejas.
Asimismo, la estancia fue un importante centro de producción agropecuaria. Se dedicaron a la plantación de frutales y construyeron una bodega, de la que surgió el primer vino del Virreinato del Río de la Plata.
La estancia incluye una iglesia monumental, los claustros, las galerías, una residencia con 3 patios, los talleres, el tajamar, las huertas y las rancherías. Destacaba su herrería, la carpintería y el sistema de conducción subterránea del agua que venía desde el valle de Ongamira.
Estancia de Alta Gracia
Construida en 1643, está formada por la iglesia y la residencia, que ostenta patios y locales anexos, como el antiguo horno y las ruinas de un molino.
Era una estancia dedicada a la producción agrícola bajo riego.
Estancia La Candelaria
Esta estancia se alza en la Pampa de San Luis, a 118 km de la ciudad de Córdoba. Es un verdadero tesoro arquitectónico construido por los jesuitas en 1683.
Llegó a ser el mejor ejemplo de un establecimiento serrano productor de ganadería extensiva, fundamentalmente mular, destinado al tráfico de bienes desde y hacia el Alto Perú.
Las mulas principalmente se enviaban a las minas del Potosí en Peru. También se usaban para el transporte de bienes que venían de España al Peru y de ahí bajaban hacia Argentina.
Arquitectónicamente es la más sencilla pero imponente y una de las mejor conservadas. Tiene unas murallas perimetrales y una única puerta de acceso que le daban un poco el aire de fortaleza.
Estancia de los Santos Ejercicios de San Ignacio
Construida en 1726, actualmente está en ruinas, rodeada de algarrobos. Quedó fuera del reconocimiento de la UNESCO debido al alto grado de deterioro de sus ruinas.
Su nombre viene de la búsqueda de un lugar donde poder llevar a cabo los ejercicios espirituales.
Era la más grande de las estancias jesuíticas de Córdoba. La estancia fue dedicada casi exclusivamente a la explotación ganadera. Se criaban allí unas 50.000 cabezas de ganado vacuno y la mitad de las mulas que se producían en el conjunto de las seis estancias jesuíticas.
También hay constancia de que disponían de molinos hidráulicos, una herrería y una carpintería. Entre los restos se cuenta un molino harinero, un horno de fundición de cobre y un lavadero de lana.
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Descubre el legado jesuítico con uno de nuestros programas ecuestres
En todos nuestros programas ecuestres combinamos las rutas a caballo con visitas de los pueblos y lugares emblemáticos.
Tal como te he comentado en la introducción del artículo, en Ampascachi tenemos 3 programas que se desarrollan dentro de la provincia de Córdoba donde, además de disfrutar de los paisajes del centro de Argentina, podrás visitar las edificaciones fundadas por los jesuitas.
En el programa “Del Valle de Traslasierra a la Sierra de los Gigantes a caballo” recorrerás montañas y arroyos increíbles y visitarás la estancia La Candelaria.
Es un programa de 9 noches, partiendo desde el centro ecuestre Haras Ampascachi y pernoctando en cabañas.
Después de recorrer el valle de Traslasierra, disfrutar de sus paisajes y conocer pueblos tan emblemáticos como la Villa del Cura Brochero, nos adentraremos en la Sierra de los Gigantes.
Allí descubrirás pueblos con mucha historia y nos acercaremos hasta las estancias ganaderas para conocer sus actividades.
Y es en esta Sierra donde, subido en tu caballo Peruano de Paso, llegarás a la estancia La Candelaria. Recorrer sus instalaciones, es como entrar en la historia de la conquista española de América.
El programa “Estancia Haras Ampascachi” está programado para unas vacaciones ecuestres más relajadas, donde cada día pernoctarás en nuestro centro ecuestre, una antigua hacienda del siglo XIX.
Durante tu estancia de 8 días puedes elegir entre quedarte en la estancia o realizar diferentes rutas a caballo por el Valle de Traslasierra. Son rutas de un día en las que volverás a la estancia para descansar y relajarse. Además, podrás ver el proceso de entrenamiento de nuestros caballos peruanos de paso.
Este programa, al ser salidas de tipo estrella, no tiene programada la visita de las estancias jesuíticas. Pero, tal como te comenté antes, tenemos una extensión opcional en la que te llevamos a conocer Córdoba, la manzana Jesuita y el circuito de las 5 estancias.
El recorrido es de 2 días. En el caso de que no puedas ampliar tu estancia más días de los del programa original, podemos acomodarlo acortando la estadía en la estancia.
Por último, puedes optar por el programa “Aprende a cabalgar en el Valle Traslasierra”.
Este programa está pensado para jinetes que nunca han montado a caballo o tienen pocas nociones de equitación. En 5 días tendrán el dominio suficiente para aventurarse en una ruta de 2 días por el valle de Traslasierra.
Si te interesa este programa, y también deseas conocer el legado jesuítico, puedes apuntarte a la extensión de Córdoba y el legado jesuítico.
En el caso del programa del Valle de Traslasierra a la Sierra de los Gigantes, como ya se visita la Estancia La Candelaria, es posible realizar la extensión para conocer el resto de las estancias y la Ciudad de Córdoba.
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